Brindis de Su Majestad el Rey

Brindis de Su Majestad el Rey

Palacio Real, 22 de mayo de 2004

Muchas gracias a todos por vuestra presencia y afecto al querer compartir con mi Familia la profunda emoción de este día. Gracias asimismo por las muy generosas expresiones de cariño que los españoles nos están brindando.

Desde lo más hondo de mi corazón, quiero expresar la enorme ilusión con la que he esperado esta fecha, una ilusión especialmente compartida por la Reina y también por toda mi Familia.

Hoy siento una felicidad enorme, siempre difícil de contener, como padre pero también como Rey.

Queridísima Letizia, te recibimos con los brazos abiertos y con el mayor cariño en el seno de nuestra Familia. Gracias por la alegría a raudales que Felipe y tú nos habéis aportado al sellar hoy de forma solemne vuestra unión. La Reina y yo os deseamos toda una vida colmada de felicidad y entrega mutua.

Vuestra unión que nace del amor y del más firme compromiso mutuo es, a la vez, símbolo de esperanza, semilla de continuidad dinástica y garantía de estabilidad para la Monarquía Parlamentaria que establece nuestra Constitución.

Como Rey estoy convencido de que Felipe y Letizia sabrán cumplir siempre con rectitud, esmero y ejemplaridad sus obligaciones y responsabilidades, primero como Príncipes de Asturias y, llegado el momento, también como Reyes.

Pensad siempre en España y dedicad, con amor y devoción, lo mejor de vuestros esfuerzos a los españoles, para aunar sus esperanzas, compartir sus ilusiones y poderos fundir siempre con sus sentimientos y dificultades. Sé que os anima la pasión de servir a este gran país, diverso y plural, orgulloso de su convivencia en democracia y libertad.

Gracias al Gobierno por su afectuosa declaración de hondo sentido institucional emitida en el día de ayer y por su decisivo apoyo al buen desarrollo de esta celebración. Gracias también por el calor brindado desde todas las demás Instituciones y Comunidades Autónomas aquí representadas, en particular al Ayuntamiento de Madrid y a sus ciudadanos por volcar tanta generosidad y afecto hacia esta boda, una gratitud que hago extensiva a toda la Comunidad Autónoma de Madrid.

Ahora os pido a todos que brindéis conmigo por la felicidad de Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias, por su dicha familiar y por la continuidad institucional que encarnan. Para que, en suma, su felicidad sea siempre la nuestra.


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